José Bonaparte, el hermano ladrón de Napoleón
El 12 de agosto de 1812 los franceses con el rey José Bonaparte a la cabeza abandonaron definitivamente Madrid gracias a la derrota gabacha en la batalla de Arapiles. «Pepe Botella» no huyó de la capital con lo puesto: se apoderó de multitud de objetos de valor propiedad de la corona real de España.
Los franceses llevaban en Madrid de forma ininterrumpida desde diciembre de 1808 cuando Napoleón tuvo que venir a sofocar el levantamiento de los españoles contra la invasión francesa ocurrido tras el dos de mayo de 1808 que llevó a la derrota en Bailén.
Una parte de las joyas de la Corona de España «Pepe Botella» ya las había sacado de España en 1808. Robó unos 22 millones de reales en alhajas, una pasta para la época. A mediados de 1814 se exilió a Estados Unidos donde se construyó una mansión gracias a la venta de las joyas.
La mansión estaba situada en Bordentown (Nueva Jersey) y era llamada Point Breeze. Por supuesto la amuebló lujosamente, la llenó de libros raros y de obras de arte. Además los jardines tenían un gran parque con un estanque artificial.
Una de las joyas que se llevó el muy ladrón de José Bonaparte fue «La Perla Peregrina» que pertenecía a la corona española y que solían lucir las reinas de España. Jamás fue devuelta España y llegó a estar en poder de Elizabeth Taylor. Tras su muerte fue subastada en Nueva York por 9 millones de euros.
El botín habría sido mucho más valioso si no fuera porque cuando huía el rey impuesto por Napoleón y pasaba por Vitoria, perdió su «equipaje»: varios carros repletos de alhajas, parte de las joyas de la corona de España, y cientos de obras de arte.
Por cierto, tras la retirada francesa Madrid quedó privada de suministros hasta noviembre de 1812 sufriendo los madrileños una hambruna que ocasionó que en sus calles se vieran con harta frecuencia personas muertas o enfermas por el hambre.
José Bonaparte terminó sus días en Florencia. Está enterrado a la derecha de su hermano Napoleón en los Inválidos de París. Una gran tumba para un ladrón.