La toma de Málaga por los Reyes Católicos
El 18 de agosto de 1487 los Reyes Católicos entraron en Málaga de forma triunfal por la antigua puerta de Granada. Después de cuatro meses de asedio las tropas cristianas habían logrado derrotar al ejército nazarí que defendía la ciudad. Liberaron a 752 esclavos cristianos.
La reconquista de Málaga era de gran importancia para que los Reyes Católicos lograran la victoria en la guerra de Granada: por su puerto los nazaríes esperaban la ayuda de aliados turcos. La toma de Málaga frustró esa posibilidad.
La toma de Málaga, segunda ciudad en importancia del reino de Granada, tuvo una gran dificultad. Se encontraba muy bien amurallada y su alcazaba tenía muros muy altos sobre riscos y triple anillos concéntricos de murallas interiores. También contaba con el castillo de Gibralfaro.
Fernando el Católico formó un ejército que partió de Córdoba con 20.000 jinetes y 50.000 infantes. Contaba también con varios artilleros mandados por Francisco Ramírez de Madrid que fueron los que a la postre lograron que la ciudad de Málaga se rindiera.
Las tropas cristianas después de completar el cerco de la ciudad comenzaron lanzando proyectiles de bombarda sobre los muros de Gibralfaro. Lograron abrir una pequeña brecha que aprovecharon los defensores para salir y atacar el campamento enemigo causando muchas bajas.
Cuentan que después de ese revés el rey Fernando hizo llamar a la reina Isabel para que acudiera al asedio y diera ánimo a su ejército. Y así fue, pero el ataque de un santón musulmán llamado el Guerbi podría haber acabado con su vida.
El Guerbi convenció a Ponce de Léon, uno de los jefes del ejército cristiano, de q sabía cómo y cuándo se produciría la conquista de Málaga. Llevaron al sujeto a la tienda de la reina. El moro confundió a una de las camareras con la reina y la atacó. El Guerdi murió acuchillado.
Animados por la Reina Católica, los cristianos tomaron la decisión de atacar una torre que precedía a un puente de acceso. Lograron derruir la torre colocando un cañón repleto de pólvora en su base y haciéndolo explotar. El camino hacia el interior de la ciudad estaba expedito.
Los musulmanes llevaron a cabo un nuevo ataque contra el campamento cristiano pero esta vez fueron derrotados. El hambre y la sed acabaron llevando a los nazaríes a la rendición el 13 de agosto de 1478. El rey Fernando se negó a conceder una capitulación honrosa a los vencidos.
Málaga y su actual provincia fue repoblada por gentes de Extremadura, Castilla, León, Galicia, Valencia,… Las cadenas de los esclavos liberados se llevaron a la iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo. Doscientas de ellas aún se encuentran en su fachada.