El Criminal Ernesto Guevara de la Serna

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El Ayuntamiento de Rivas, un municipio de Madrid gobernado por la extrema izquierda ha puesto el nombre de Ernesto Guevara de la Serna a un centro sociocultural. Este criminal organizó un sistema de campos de concentración en donde internó a disidentes y homosexuales.

No hay nada más estúpido que portar una camiseta del Che Guevara, aún más si portas la bandera arcoíris del movimiento LGTBI. El «poster» de Fidel Castro entendía que en la Cuba Revolucionaria no cabían las personas homosexuales.

Ernesto Guevara de la Serna consideraba a los homosexuales pervertidos sexuales. Por ello colocó en la entrada de los campos de concentración cubanos en donde eran internados en la península de Guanahacabiles la frase “el trabajo os hará hombres”.

Los guardias de aquel campo de concentración colocaban en la vestimenta de los presos “culpables de homosexualidad” la letra P: putos. Ser homosexual era faltar a la moral revolucionaria.

Guillermo Cabrera Infante: “Los gays y las lesbianas eran ´gente enferma´ que debía dejar paso al hombre nuevo, políticamente sano y producto de la Cuba comunista”. No entraban en la idea del “hombre nuevo” que predicaba Guevara de la Serna.

Fidel Castro puso al frente de la cárcel de La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña a Guevara. Allí creo la “Comisión Depuradora”. “No hace falta hacer muchas averiguaciones para fusilar a uno. Lo que hay que saber si es necesario fusilarlo. Nada más”.

“Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro.”

En la Cabaña interrogó a los detenidos, los torturó, a muchos de ellos los asesinó el mismo ahorrando balas al pelotón de fusilamiento. Ordenó ejecuciones simuladas, colocaba a los reos en el paradón aún con restos de sangre y simulaba su ejecución.

En la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, Guevara firmó 1.892 condenas a muerte. Una de sus víctimas fue Ariel Lima Lago de solo 16 años de edad. A pesar de las súplicas de su madre y de un sacerdote que intercedió por él, acabo también fusilado.

Además, detestaba la libertad de prensa: “Hay que acabar con todos los periódicos, pues no se puede hacer una revolución con libertad de prensa. Los periódicos son instrumentos de la oligarquía.»

Lo único que no se le puede achacar a Guevara es que no fuera sincero. Siempre reconoció que para instaurar el comunismo era necesaria la violencia y nunca dejó de practicarla. En el Congo Belga y en Bolivia también dejó un buen número de cadáveres..

Guevara: “El camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación, aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas.”

“Tengo que confesarte, papá, que realmente me gusta matar”

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