Julián Romero, El de las Hazañas
Les voy a contar la historia de un “superhombre”: Julián Romero de Ibarrola, el de «Hazañas», soldado de los Tercios que acabó sus días tuerto, manco y cojo, igual que el más celebre de los marinos de España. Luchó en Túnez, Italia, Escocia, Francia, Flandes, Malta, … (Sigue)
De ascendencia vasca, nació en Huelamo (Cuenca) en el año 1518 reinando Juana de Castilla y su hijo Carlos I. A los dieciséis años se alista como mozo de atambor de los Tercios para luchar en Túnez a las órdenes de Álvaro de Bazán el Viejo.
Lope de Vega escribió en su obra “Julián Romero”: «¡Mentís vos, y vos, y quien creyó que yo fui tamborinero! Mozo de atambor sí fui, y soy también caballero, y agora verás aquí quién es Julián Romero.” El soldado fue tan famoso que mereció una obra del Fénix de los Ingenios.
Después de Túnez parece ser que anduvo guerreando por Italia al servicio del emperador y rey Carlos desde donde se desplazaría a Flandes junto a las tropas de Pedro de Gamboa, maestre de campo participando en el asedio de la ciudad francesa de Saint-Dizier en 1544.
En el viaje de vuelta a España después de luchar en Francia, las tropas de Pedro de Gamboa hacen escala en Dover y en Plymouth, Inglaterra. Allí reciben una oferta que no pueden rechazar y deciden alistarse como mercenarios al servicio del rey de Inglaterra.
Julián Romero participaría en la batalla de Pinkie Cleugh donde los pobres escoceses sufren 17.000 bajas. Los escoceses hacen referencia a esa batalla como el “Sábado Negro”. También lucharía en Francia como mercenario del ejército inglés.
Como paladín de su maestre de campo Pedro de Gamboa, Julián Romero disputó un duelo contra Antonio Mora, capitán español al servicio del rey de Francia. Venció y el rey de Inglaterra le armó caballero: sir Julián Romero.
Harto de “servir a herejes”, según sus propias palabras, volvió al servicio de su señor natural el emperador y rey Carlos combatiendo a los franceses en Flandes resultando prisionero en el cerco de Dinant.
El 16 de enero de 1556 el emperador y rey Carlos cede a su hijo la corona de las Españas, Sicilia y las Indias. Julián Romero pondrá su espada al servicio del rey Felipe II el “Prudente” participando y destacando en agosto de 1557 en la batalla de San Quintín.
Tanto brilló Julián Romero en San Quintín, que el rey nuestro señor Felipe II (así se referían a él sus súbditos) lo ascendió a Maestre de Campo. En aquella batalla recibe una bala de mosquete en una pierna: los cirujanos tienen que amputarla.
El 13 de julio de 1558 combatió en la batalla de Gravelinas. Ese mismo año el rey Felipe II le concede la merced de hábito de la Orden de Santiago. Luego sirve a su rey en Ibiza y La Goleta.
En el año 1565 el rey Felipe II decide enviar a Malta a los tercios de Italia en los que por aquel entonces se halla enrolado Julián Romero. El fallecimiento del maestre de campo del Tercio de Sicilia, le permitió a Romero alcanzar tal honor.
En el año 1566 al frente del Tercio de Sicilia lucha en La Goleta y en el año 1567 a las órdenes del Duque de Alba acude a Flandes para sofocar la rebelión: participa en las victorias en Frisia contra Luis de Nassau y contra Guillermo de Orange en 1568.
En el asedio de Mons (1572) recibe un tiro de arcabuz en un brazo siéndole también amputado y ese mismo año, en el asedio de Harleem, otro arcabuzazo le deja sin ojo derecho. También dirige una encamisada que logra arrasar el campamento de Guillermo de Orange.
Casi pierde la vida en Haarlem pues sus tropas se amotinan por la falta de pago de sus soldadas y casi lo pasan a mejor vida. En 1574, cojo, manco y tuerto logra sobrevivir a un naufragio cerca de Middelburg llegando a nado a tierra. No me pregunten cómo lo logró.
En 1577 retornó a Italia, pero ese mismo año D. Juan de Austria lo nombra Maestre de Campo General y cuando está regresando por el Camino Español a Flandes, fallece al caer de su caballo al sufrir un ataque al corazón. Iba a cumplir 60 años.
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