Miguel Servet, el teólogo y científico quemado por la intolerancia protestante

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El 27 de octubre de 1533 fue quemado en la hoguera Miguel Servet por orden de la Inquisición esp…, perdón por el Consistorio de Ginebra influenciado por Juan Calvino, un «reformista» que no permitía que nadie pensará por sí mismo

El 27 de octubre de 1533 fue quemado en la hoguera Miguel Servet por orden de la Inquisición esp…, perdón por el Consistorio de Ginebra influenciado por Juan Calvino, un «reformista» que no permitía que nadie pensará por sí mismo. Y mucho menos Miguel Servet. El teólogo y científico quemado por la intolerancia protestante

Con lo anterior no quiero decir que en caso de que Servet hubiera sido ejecutado por la Inquisición española no hubiera tenido una muerte parecida, pues rebatía el dogma de la Santísima Trinidad, que Cristo era solo humano y era contrario al bautismo de los niños: tenia que recibirse en edad adulta. 

En el siglo XVI no existía la tolerancia religiosa en Europa: ni entre católicos ni entre protestantes. De hecho antes de que fuera apresado por orden de Calvino, Servet fue preso por la Inquisición de Lyon y se salvó de la hoguera porque logró escapar. Fue quemada su efigie. 

«Christianismi Restitutio»

¿Y qué le hizo Servet a Calvino para que éste lograra que fuera ejecutado? En 1533 Servet escribió su obra «Christianismi Restitutio»  y se la envió a Calvino para que le diera su opinión. Como respuesta el francés le envió su obra «Institutio religionis Christianae».

A Servet aquello no le debió parecer muy bien y devolvió a Calvino su libro con unas anotaciones tan críticas en los márgenes que enfadaron al francés. De hecho escribió a un amigo en 1546: «Si Servet viene aquí, si mi autoridad sirve de algo, nunca le permitiré que salga vivo».

Dicho y hecho. Después de escapar de la Inquisición de Lyon, Servet hizo escala en Ginebra camino de Italia el 13 de agosto de 1553 y fue a la iglesia donde predicaba Calvino que lo reconoció, lo denunció por herejía y logró que fuera encarcelado a la espera de juicio.

Servet no tuvo derecho a abogado (la Inquisición española le hubiera proporcionado uno) y fue maltratado en prisión. Fue condenado por hereje al no arrepentirse sobre todo de dos de sus ideas: no existía la Santísima Trinidad y el bautismo se debe recibir en edad adulta.

En casi toda Europa en el siglo XVI la pena para los herejes era la hoguera gracias a un interpretación del evangelio de San Juan “Al que no sigue conmigo, lo tiran como a un sarmiento y se seca, los echan al fuego y los queman.” Una lectura bastante radical, por cierto.

Servet fue condenado a morir junto con sus libros

«Te condenamos a ser atado y llevado a la colina de Champel. Allí serás atado a una estaca y quemado vivo junto con tus manuscritos y tus libros impresos hasta que tu cuerpo se convierta en cenizas.»

A Servet le ataron a un palo con una argolla impregnada en azufre rodeado de leña verde y húmeda. En una cadena de hierro se colgaron sus libros. El médico aragonés que había descubierto la circulación de la sangre por los pulmones tardó una hora en morir.

Miguel Servet, el teólogo y científico quemado por la intolerancia protestante

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