El 20 de enero de 1516 el explorador Juan Pedro Díaz de Solís fue devorado junto a varios de sus hombres en la costa del Río de la Plata perteneciente al actual Uruguay, cerca de Punta Gorda. No está claro sí los indios que se comieron a los españoles eran indios charrúas o guaraníes.
El español de Lebrija (o portugués pues es posible que realmente naciera en Sao Pedro de Solis) estaba al servicio del rey Fernando el Católico con una misión: encontrar el paso que permitiera atravesar o rodear el Nuevo Mundo descubierto por Colón y llegar a las islas de las Especierías, a las Molucas. Justo lo que consiguió la expedición de Magallanes comandada a la postre por Juan Sebastián Elcano unos años más tarde.
En el año 1516 los españoles ya tenían claro que Cristóbal Colón había hallado unas tierras que nada tenían que ver con el continente asiático y que tras esas tierras, sobre todo gracias al descubrimiento del océano Pacífico en 1513 por Vasco Núñez de Balboa, había un mar cuya navegación les llevaría a China.
Con la misión de encontrar el camino por mar que podía llevar al océano Pacífico, Juan Pedro Solís comando una expedición que partió de Sanlúcar de Barrameda a bordo de dos carabelas y una nao con una dotación de sesenta hombres el 8 de octubre de 1515.
Atravesaron el Atlántico haciendo escala en las Islas Canarias y Cabo Verde. Llegaron al cabo de San Agustín en la actual Brasil y fueron bordeando la costa sudamericana hasta que llegaron a Punta del Este en la actual Uruguay tomando Díaz Solís posesión en nombre del rey de España y llamando al lugar “Puerto de Nuestra Señora de la Candelaria”.
Punta del Este se encuentra a la entrada del Río de la Plata, un estuario que está formado por la unión de los ríos Paraná y Uruguay. Debido a la escasa salinidad, Díaz de Solís nombró esas aguas como “Mar Dulce” y pensó que aquel era el paso que permitiría alcanzar a su expedición el océano Atlántico. Estaba equivocado, en la otra orilla del “Mar Dulce” están los territorios que actualmente ocupa Argentina y quedaban cientos de millas para llegar a lo que más adelante se llamaría el estrecho de Magallanes.
Díaz de Solís decidió entonces adentrarse en el estuario a bordo de una de las carabelas y cometió el error que le llevó a perder la vida junto a los que le acompañaban: decidió desembarcar al ver unos indios que desde la costa le hacían lo que interpretó como gestos amistosos. Nada más pisar tierra los españoles cayeron en una emboscada y fueron muertos a flechazos. Los indios los apartaron de la rivera y “cortaron las cabezas, manos y pies asaban los cuerpos enteros y los comían”. Todo ello ocurrió a la vista de los marineros que no se habían bajado de la Carabela.
Visto lo que había pasado a Díaz de Solís y los que le acompañaban, los nuevos líderes de la expedición decidieron volver a España. Antes cargaron los barcos con quinientas toneladas de palo de Brasil. Llegaron a Sevilla el 4 de septiembre de 1516. Habría que esperar a que Magallanes comandara una nueva expedición, que dio la primera vuelta al Mundo gracias a Elcano, para encontrar el paso a las Molucas.