Ordoño I de Asturias, el primer rey que accedió al trono por herencia
Ordoño I sucedió a su padre Ramiro I en el año 850. Fue el primer rey asturiano que subió al trono por herencia y no por elección de la nobleza. A partir de Ordoño, todos los reyes serían proclamados reyes por sucesión hereditaria.
Alfonso tuvo seis hijos con su esposa Munia: el que sería Alfonso III, Bermudo, Nuño, Odoario y leodegundia.
Ordoño pasó su infancia en Lugo, en Galicia, donde su padre Ramiro había sido nombrado gobernador por Alfonso II. Cuando su padre acudió a Bardulia (el germen de Castilla) para casarse con la que sería su mujer Paterna, fue nombrado gobernador provisional. Estando en Ramiro en Bardulia, falleció Alfonso II el Casto.
Como ya hemos explicado, a Ramiro le salió un competidor. Un tal Nepociano se hizo proclamar rey de Asturias. Ordoño ayudó a su padre a reunir un ejército para enfrentarse al impostor. Apresado y cegado Nepociano, Ordoño fue confirmado por su padre como gobernador de Galicia.
Lo primero que tuvo hacer Ordoño una vez que ascendió al trono fue hacer frente a una revuelta de los vascones y una incursión musulmana en las Bardulias al mando de al-Mundir, hijo de Abderramán II. Los ejércitos de Ordoño resultaron victoriosos en ambas lides.
Crónica de Alfonso III: “Al principio de su reinado la provincia de Vasconia se rebeló contra él. Cuando él hizo irrupción con su ejército, al momento salió contra él de la otra parte una hueste de sarracenos, pero con el favor de Dios puso en fuga a los musulmanes y sometió a su ley a los vascones”.
Mohamed I sucedió a Abderramán II en el trono del emirato de Córdoba. Coincidiendo con el cambio de emir, los toledanos decidieron sublevarse contra la autoridad omeya. En el año 854 Mohamed I decidió acabar con la rebelión enviando un ejército a Toledo.
Los toledanos al conocer que Mohamed I le enviaban sus tropas decidieron pedir ayuda a Ordoño I. El rey de Asturias decidió atender la petición de ayuda y envió un ejército al mando del conde Gatón.
Los ejércitos asturiano y toledano se vieron sorprendidos en Guadalacete donde los musulmanes les tendieron una celada. El Conde Gatón logró escapar al desastre pero según cuentan las crónicas ocho mil asturianos y doce mil toledanos perdieron la vida en Guadalacete, actual término municipal de Villaminaya, A pesar de la victoria, el emir cordobés no logró tomar Toledo y no le quedó más remedio que pactar con los toledanos el reconocimiento de un estatuto especial para la ciudad y la amnistía de los presos capturados en revueltas anteriores.
A pesar de la derrota en Guadalacete, los dominios del reino de Asturias se extendieron definitivamente más allá de la cordillera cantábrica repoblando ciudades como León, Astorga, Amaya y Tuy. El emir de Córdoba estaba tan ocupado en sofocar a los rebeldes toledanos que no podía oponerse a la expansión asturiana por el valle del Duero y la ribera derecha del Alto Ebro.
Tal y como ocurrió durante el reinado de Ramiro, los normandos atacaron el reino. Esta vez se presentaron en las costas de Galicia y una vez que desembarcaron anduvieron saqueando la región, incluida Santiago de Compostela, hasta que un ejército asturiano al mando del conde Pedro consiguió que los vikingos se volvieran a embarcar y se dirigieran a Lisboa.
Los normandos por aquel tiempo también lograron atacar Pamplona. En el año 859 entraron en la ciudad navarra y secuestraron a García Iñiguez, hijo del rey Iñigo ïñiguez. Para liberarlo tuvieron que pagar a los vikingos 90.000 monedas de oro.
Otro problema que tuvo afrontar Ordoño fue la fortaleza de Albelda, en manos de los Banu Qasi de Zaragoza. Desde ese castillo, los musulmanes lanzaban continuas aceifas en territorios de La Rioja y Navarra. Además impedía que el reino de Asturias se expandiera por el Alto Ebro.
Lo primero que hizo Ordoño fue lograr una alianza con García Íñiguez, sobrino de Musa, el líder de los Banu Qasi. El pacto se selló con la boda de la hija de Ordoño, Leodigundia, con García Iñiguez. De esta forma evitaba que los navarros ayudaran a los Banu Qasi.
Luego se puso al frente de un ejército, se dirigió a Albelda y la sitió. Enterado Musa del ataque asturiano, envió otro ejército. Ambas fuerzas se enfrentaron en el monte Laturce, conocido también como el Collado de Clavijo). Muchos autores creen que en realidad esta fue la verdadera batalla de Clavijo y que aquella que tuvo lugar en tiempos de Ramiro con el apóstol Santiago al frente de las huestes cristianas nunca se llegó a producir.
Estamos en el año 859. El resultado de la batalla fue una victoria sin paliativos para el bando cristiano causando una gran mortandad entre los musulmanes. Musa logró huir de milagro, gravemente herido. A la semana de la victoria asturiana cayó la fortaleza de Albelda y todos sus defensores fueron masacrados. La victoria permitió a los asturianos repoblar la fortaleza de Amaya.
En el año 865 el emir de Córdoba, Mohamed I, envió un ejército al valle del Ebro con el objeto de impedir la repoblación asturiana. Por entonces Ordoño se encontraba enfermo de gota y no pudo ponerse al frente de su ejército que quedó al mando del conde Rodrigo. Este decidió atacar al ejército musulmán en el puerto de la Morcuera. Esta vez la derrota cayo del bando cristiano y los musulmanes lograron colocar la frontera bastante más al norte de donde la había llevado Ordoño I.
Ordoño I falleció en Oviedo el el 27 de mayo del 866, a causa de la enfermedad de la gota y fue sepultado en el Panteón Real de la Basílica de Santa María. Le sucedió su hijo Alfonso III el «Magno».
“Con la ayuda de Dios amplió el reino de los cristianos”, dirá la Crónica Aldebense.
Fuentes:
Historia Militar de la Reconquista
Historia de los Reinos Cristianos
Imagen
Museo del Prado