Witiza, un rey joven para el ocaso del reino visigodo
Witiza heredó el trono de los visigodos de su padre Égica. Reino juntamente con su progenitor desde el año 695 y en solitario desde la muerte de su padre en el año 702.
Durante el tiempo que estuvo reinando junto a su padre le acompañó en su corte itinerante por el reino visigodo al tener que huir de la capital toledana por una epidemia de peste bubónica. En el año 702 se encontraba en Córdoba, donde su familia tenía fuertes vínculos.
Soto Chica explica que Witiza cuando accedió al trono era muy joven. Cuando padre le asoció al trono en el año 695 es posible que no tuviera ni diez años y que cuando accedió solo al trono no debía tener más de diecisiete.
Si su padre habría tratado de reforzar el poder real frente a los nobles, Witiza hizo todo lo contrario: anuló las penas de destierro, quemó todos los documentos que acreditaban supuestas deudas que Égica había hecho firmar, devolvió las tierras confiscadas y compensó económicamente a quienes las habían sufrido, y permitió que muchos nobles recuperasen sus funciones y cargos palatinos. Con estas medidas trataba de conseguir un gran número de apoyos para tratar de gobernar con tranquilidad y exento de nobles levanticos y sediciosos.
Witiza convocó un concilio en Toledo en el año 703. No podemos saber lo que se pactó o se acordó debido a que las actas se han perdido. Supuestamente en el XVIII Concilio de Toledo se habría permitido a los sacerdotes casarse, tal y como había aprobado en Oriente en el Concilio Quinisexto del 692. La Crónica de Alfonso III se refiere a este hecho cuando manifiesta que Witiza, “infame y disoluto en sus costumbres, como el caballo y la mula, que no tienen entendimiento, rodeado de concubinas, ordenó a obispos y sacerdotes y diáconos que tuvieran esposas y disolvió los concilios, ocultó los cánones y pervirtió todo el orden religioso«. No podemos saber qué hay de cierto en estas observaciones pues como ya hemos dicho las actas del XVIII se perdieron.
Tampoco se conserva ninguna Ley dictada por Witiza y al contrario de lo que manifiesta la Crónica de Alfonso II, la Crónica mozárabe ensalzó su figura: “Transcurrida esta era, y por haber fallecido ya su padre de muerte natural, conserva el poder Witiza con gran esplendor durante los años indicados, y toda España da muestra de extraordinaria alegría y se regocija”. Tampoco podemos saber cuál es la versión real de lo ocurrido en tiempos de Witiza pues no existen fuentes contemporáneas.
Daniel Gómez Aragonés afirma que los años postreros del reinado Witiza “tuvieron un marcado cariz negativo y sumieron al reino en un profunda crisis social y económica”. Las causas serían las hambrunas y una nueva epidemia de peste.
Witiza murió joven, a la edad de veinticuatro años. Sus hijos no tendrían más de diez años y sus hermanos rondarían los veinte. La familia de Witiza liderada por Oppas, trató de retener el reino y maniobró para que se nombrara monarca a un miembro de su familia.
Según la Crónica mozárabe, Rodrigo “invadió tumultuosamente el reino con el respaldo del Senado”. No sabemos si realmente fue así como Rodrigo accedió al reino. Lo que es seguro que no fue una sucesión pacífica. A pesar de ellos, Daniel Gómez Aragonés afirma que es indudable que la llegada al trono de Rodrigo estuvo revestida de una absoluta legitimidad. Por lo que pasó durante el reinado de Rodrigo, estamos seguros que los familiares de Witiza no pensaban lo mismo.
Fuentes:
La España de los Siglos VI a XIII
Los Visigodos, Hijos de un Rey Furioso