En la Torre de Compares de la Alhambra de Granada se cuenta que se celebró el Consejo en el que se acordó entregar el último baluarte del reino nazarí a los Reyes Católicos.
También cuenta la tradición que desde uno de sus balcones, la madre de Boabdil, al saber que su hijo estaba negociando con los cristianos la rendición, le dijo: «Mira lo que entregas y acuérdate de que todos tus antepasados murieron reyes de Granada y el reino muere en ti»
Su construcción comenzó bajo el reinado del sultán Yusuf I, siendo terminada por su hijo, Muhammad V que culminó la obra, dotándola de un interior que deslumbraría a embajadores y príncipes de todo el mundo conocido.
En su interior se encontraba el Salón de los Embajadores, un espacio cuadrado de paredes tapizadas con yeserías donde se pueden leer versículos del Corán y poemas que exaltan la gloria del sultán. Sobre las cabezas de quienes lo visitan, se encuentra una cúpula de madera tallada que representa el firmamento.

La Torre de Comares se alza a una altura de 45 metros sobre el río Darro y ofrece una vista inigualable para vigilar el Albaicín, la Vega y las montañas que se encuentran a su alrededor.
El 2 de enero de 1492, sus muros fueron testigos de un momento decisivo: en el Salón de los Embajadores, Boabdil, el último rey nazarí, se reunió con los Reyes Católicos para sellar la rendición de Granada. Entre sus paredes resonaron las últimas palabras del poder musulmán en la península.
Al caer la tarde, el sol pinta de naranja sus muros.