Segunda República Española, un régimen «democrático» sin libertad de prensa
¿Saben ustedes que durante toda la Segunda República Española existió la censura? Gracias a leyes como la de Defensa de la República aprobada en octubre de 1931 a instancias de Azaña y otras leyes de excepción, la libertad de prensa fue progresivamente constreñida e incluso anulada.
La Ley de Defensa de la República además consideraba como «acto de agresión…la apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras.» No parece muy democrático.
Los republicanos de 1931 se sentían provocados con gran facilidad. El 10 de mayo de 1931 se inauguró en la calle Alcalá de Madrid el Círculo Monárquico Independiente donde sonó la Marcha Real. Y claro está, lo consideraron una ofensa. ¿Libertad? Para qué.
¿Saben ustedes q el abanderado que aparece en todas las fotos de la proclamación de la Segunda República fue fusilado en agosto de 1936 por sublevarse contra el Gobierno del Frente Popular? Se trataba del capitán Pedro Mohíno. Lo cuenta D. @corralcpedro en unos de sus libros.
Por cierto, ¿Saben ustedes que las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 no fueron ganadas por los republicanos? ¿Qué nunca hubo un plebiscito o referéndum que legitimase la Segunda República?
¿Saben ustedes que los primeros que atentaron contra la Segunda República haciendo el uso de la violencia y la insurrección fueron los anarcosindicalistas? Los activistas de la FAI-CNT llevaron a cabo tres insurrecciones diferentes en enero de 1932 y en enero y diciembre de 1933.
Además resulta chocante que aquellos que hoy en día cantan las alabanzas de aquel régimen que distaba bastante de ser muy democrático sean los que en octubre de 1934 dieron un golpe contra la Segunda República, es decir, el PSOE y la Esquerra Republicana de Cataluña.
El 14 de abril de 1934, una vez proclamada la Segunda República Española en la Puerta del Sol de Madrid y que el rey Alfonso XIII había puesto tierra de por medio, una parte de la masa necesitaba expresar su satisfacción por el cambio de régimen con algún tipo de violencia.
Y el primer rey que tenían a mano era Felipe III. Su estatua ecuestre en la Plaza Mayor, quiero decir. A unos 500 metros de la Puerta del Sol. Necesitaban derribar un rey. Daba igual que fuera su estatua.
Da la casualidad que 443 años, el 14 de abril de 1578, nació en el Alcázar de Madrid el rey Felipe III, hijo de Felipe II y de Ana de Austria. Curiosamente, otro 14 de abril pero de 1931, unos cafres volaron su estatua en la Plaza Mayor de Madrid.
“Así, se introdujo un objeto por la boca del caballo, que estaba abierta, y la escultura saltó por los aires. La figura se despegó de su pedestal, con el jinete fuera de lugar, el animal decapitado y la historia de siglos ultrajada.”
Cuándo dinamitaron la estatua aparecieron miles de huesos pequeños. Resulta que la figura del caballo tenía la boca hacia arriba y era una trampa mortal para pequeñas aves que morían allí. La nueva estatua se hizo con el hocico cerrado y hacia abajo.
Aquí tienen una foto de los trabajos de restauración de la estatua. Las fotografías se publicaron en ABC.
El apoyo de la prensa al proceso democratizador es decisivo. Tambi n lo es la prudencia de todas las formaciones pol ticas y sindicales, que firman a finales de octubre los Pactos de la Moncloa para consolidar la democracia y sanear una econom a amenazada por el comienzo de la crisis. La transici n, en la que Adolfo Su rez jug un papel crucial, transform a Espa a en un pa s moderno: se garantizaron ampliamente las libertades y se estableci un sistema parlamentario pluripartidista; partidos y sindicatos vieron reconocida su funci n social y el Estado se descentraliz ampliamente, abriendo la puerta a la formaci n de Comunidades Aut nomas en todas las regiones espa olas. Estos cambios fueron objeto de un amplio consenso, demostrando hasta qu punto los espa oles hab an superado las heridas de la Guerra Civil y eran capaces de mirar hacia el futuro m s que hacia el pasado. Este es, sin duda, el legado fundamental de la transici n iniciada en 1977: Espa a ya hab a tenido otras constituciones, ya ten a un largo pasado de vida parlamentaria incluso una experiencia democr tica anterior; pero era la primera vez que los cambios se hac an de com n acuerdo, dialogando y pactando para establecer el consenso social m s amplio posible, sin que una parte impusiera a otra sus particulares puntos de vista. Ese clima de consenso y el car cter pac fico de la transici n a la democracia ha despertado la admiraci n y el inter s de pol ticos y analistas de muchos otros pa ses que, en Iberoam rica o en la Europa oriental excomunista, han buscado el mejor modo de realizar sus propias transiciones de la dictadura a la libertad.