Sancho II de Castilla, el Fuerte, el que fue asesinado en Zamora

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Fuentes: Historia Militar de la Reconquista Real Academia de la Historia De la Guerra a la Unificación Historia de los Reinos Cristianos

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El rey Sancho II de Castilla fue el hijo primogénito de Fernando I de León y es considerado el primer rey de Castilla. Fue fruto del matrimonio de su padre Fernando con Sancha Alfónsez de León, hija de Alfonso V de León. Gracias a ese matrimonio nacieron también sus hermanos Alfonso, García, Urraca y Elvira.

Fernando I tomó la decisión en su testamento de dividir sus dominios entre sus hijos: a Sancho adjudicó Castilla (incluyendo las Asturias de Santillana y las tenencias de Liébana, Monzón, Saldaña y Carrión de los Condes) las regalías que Fernando I tenía en Nájera y Pamplona y las parias del reino de taifas de Zaragoza; a Alfonso le cedió León y Asturias, con las parias de Toledo; y a García le confirió el dominio sobre Galicia (incluyendo el condado de Portugal) y las parias de Badajoz y Sevilla.

Sancho, el primogénito, no quedó conforme con ese reparto. Entendía que le debía haber correspondido la cabeza de los dominios de su padre, el reino de León, y no el antiguo condado de Castilla. Mientras la reina Sancha Alfonsez vivió las desavenencias por la sucesión de Fernando I no salieron a la luz. Fallecida la madre el 7 de noviembre de 1067 Sancho se sintió libre para disputar los reinos heredados a sus hermanos.

Con la excusa de visitar la tumba del apóstol Santiago. Sancho y trescientos de sus caballeros se presentaron en la actual capital de Galicia. García, rey de Galicia por deseo de su padre Fernando, salió a recibir a su hermano lo que aprovechó este para apresarlo, destronarlo y enviarlo como prisionero a Burgos. Más tarde lo envió al exilio a la Taifa de Sevilla.

A partir de ese momento tanto Sancho como Alfonso se intitularán reyes de Galicia. El conflicto por la herencia de su padre llevó a ambos hermanos a enfrentar a sus dos ejércitos en la batalla de Golpejera en enero de 1072, muy cerca de Carrión de los Condes. Después de una efímera victoria inicial del ejército leonés, los castellanos se reorganizaron y lograron capturar al rey Alfonso cuando se había refugiado en la iglesia de Santa María de Carrión.

Alfonso pasó un tiempo prisionero en Burgos. Urraca, hermana de ambos reyes, convenció a Sancho de que permitiera a Alfonso retirarse al monasterio de Sahagún a cambio de que renunciara a sus derechos al trono de León y se hiciera monje.  Una vez en Sahagún Alfonso incumplió su juramente y huyó a refugiarse a la taifa de Toledo con la complicidad de Urraca.

El 12 de enero de 1072 Sancho se hizo coronar rey de León ante la desaprobación del obispo y de la mayoría de los nobles y prelados leoneses que acabaron refugiándose en León, en los dominios de Urraca. La sublevación era una abierta amenaza para los propósitos de Sancho de gobernar en solitario los reinos que procedían de su padre Fernando.

En octubre de 1072 Sacho organizó un ejército y se dirigió a Zamora. Tuvo que someter a asedio pues se trataba de una plaza fuertemente amurallada. La única forma de conquistarla era gracias al hambre.

Según cuenta la tradición Vellido Dolfos, noble leonés, que engañando a las huestes del rey Sancho II, logró presentarse ante él asegurando que había desertado y que iba a mostrar un lugar donde se podían cruzar sin dificultad las murallas de Zamora. Una vez logrado su primer propósito, acercarse al Rey de Castilla, llevó a cabo el segundo: asesinarlo. Mientras el monarca observaba las murallas, el traidor para unos y leal para otros Dolfos atravesó su espalda con un venablo propiedad del asesinado.

Sancho fue enterrado en San Salvador de Oña, panteón de los condes de Castilla. Al no tener descendencia el reino volvió a su hermano Alfonso .

Fuentes:

Historia Militar de la Reconquista

Real Academia de la Historia

De la Guerra a la Unificación

Historia de los Reinos Cristianos

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