María Pita, la coruñesa que rechazó a la «Contra Armada» de Francis Drake: «Quien tenga honra que me siga»

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El 4 de mayo de 1589 la «Contra Armada» inglesa al mando de Francis Drake se plantó delante de La Coruña con ánimo de saquearla. Los coruñeses con María Pita a la cabeza lo impidieron: «Quien tenga honra que me siga».

La “Felícisima Armada” fracasó en 1588. Al año siguiente la reina Isabel I de Inglaterra, suponiendo que la moral española estaría por los suelos y que no contaba con suficientes barcos para repeler el ataque, nos envió una flota que los ingleses conocen como “The Counter Armada”.

La “Contra Armada” iba al mando de Drake, el famoso corsario. Contaba con 170 barcos. En principio tenía previsto atacar Santander, donde se reparaba a los barcos de la “Felicísima”, atacar Lisboa y derrocar a Felipe II de su corona como rey de Portugal).

Si tenían éxito en ese plan, después de las Azores tenían pensado tratar de llegar a Sevilla e infringir el máximo daño posible al comercio de Indias. Pero Drake cambio los planes, en vez de atacar Santander, se dirigió a La Coruña.

Al avistar las naves inglesas, Juan Pacheco, Capitán General de Galicia envía dos naves para tratar de conocer las intenciones de los hijos de la Gran Bretaña. Dos galeras, Diana y Princesa. Al aproximarse son cañoneados por los ingleses. No venían en son de paz.

Los ingleses desembarcan 10.000 hombres y logran tomar el barrio de La Pescadería, fuera de los muros de la ciudad. Dentro unos 1.500 defensores van a tratar de defender La Coruña del saqueo corsario inglés. Se niegan a rendirse.

Los de la Perfida Albión tratan de escalar los muros y fracasan. Optan entonces por hacer estallar una mina en el muro en una zona cercana al Convento de Santo Domingo. Los ingleses no logran hacer una brecha en el muro pero si le causan graves desperfectos.

Llegamos al 14 de mayo. Los coruñeses llevan sufriendo 10 días de asedio. Ese día los ingleses logran abrir una abertura en la muralla con la explosión de otra mina. Son recibidos con arcabuces, cañonazos y picas.

Un alférez inglés logra cruzar la muralla portando la bandera de su regimiento alentando a sus compañeros a que le sigan y aquí es cuando aparece Mayor Fernández de la Cámara y Pita, conocida como María Pita.

Nuestra heroína, mató al alférez, le arrebató su bandera y la alzó por encima de su cabeza para llamar al combate. María Pita se erigió entonces en abanderada de los suyos al grito de «Quien tenga honra que me siga».

María Mayor Fernández de Cámara y Pita procedía de una familia humilde. Era hábil con las armas pues en su juventud era aficionada a la caza. En el momento del asedio británico estaba casada con Gregorio de Rocamonde, carnicero, uno de los primeros defensores en caer.

El rey nuestro señor Felipe II la nombró alférez, la otorgó un sueldo y una licencia de explotación con Portugal. Viajó en dos ocasiones a Madrid y fue recibida por el rey «Prudente» y posteriormente por su hijo, Felipe III, el «piadoso».

No debemos olvidar a Inés de Ben, otra heroína de aquellos días de asedio. Acabó tuerta y con un arcabuzazo en la pierna. Ayudaba con sacos terreros tapando los huecos de la muralla. Perdió a su marido y su negocio. Nunca se recuperó después de la batalla.

Después de dos semanas, los ingleses se retiran de Galicia con 1500 hombres menos camino de Lisboa. Fracaso total. La defensa de Lisboa es protagonizada por 5.000 soldados viejos de infantería española. Pero esa es otra historia.

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