guerra de los dos pedros

La Guerra de los Dos Pedros: Castilla contra Aragón (1356-1369)

La llamada Guerra de los Dos Pedros enfrentó durante trece años a Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, dos reyes que encarnaban no solo rivalidades personales, sino también intereses políticos, territoriales e internacionales.

El conflicto comenzó en 1356, cuando la flota castellana apresó naves aragonesas en el Mediterráneo. A partir de ese incidente se abrió una larga guerra que devastó las fronteras entre Castilla y Aragón, con especial dureza en tierras de Valencia y Aragón. Las causas eran múltiples: disputas por el control de Murcia, Alicante y el valle del Ebro, apoyo a pretendientes rivales y, sobre todo, la pugna por la hegemonía en el Mediterráneo occidental. Castilla aspiraba a expandir su influencia marítima, mientras la Corona de Aragón defendía sus intereses en Cerdeña y Sicilia.

De la frontera peninsular al tablero europeo

Durante los primeros años las tropas castellanas realizaron incursiones arrasadoras en ciudades como Zaragoza, Teruel y Sagunto, lo que provocó gran destrucción. En 1359, la contienda alcanzó también el mar con la batalla naval de Barcelona, donde la escuadra castellana sufrió una dura derrota frente a la flota aragonesa. A pesar de los intentos de alcanzar la paz, como el efímero tratado de Murviedro en 1363, la guerra continuó sin descanso.

En la década de 1360 el conflicto se enredó aún más al unirse con la Primera Guerra Civil Castellana. Pedro IV de Aragón apoyó abiertamente a Enrique de Trastámara, hermanastro de Pedro I, mientras Francia enviaba tropas en su favor. Por su parte, el monarca castellano buscó el respaldo de Inglaterra en el marco de la Guerra de los Cien Años, lo que convirtió a la Península en escenario de una lucha con dimensión europea.

El desenlace llegó en 1369, cuando Pedro I fue derrotado y asesinado en Montiel por su hermanastro Enrique con ayuda del caballero francés Bertrand du Guesclin. Con su muerte terminó no solo la guerra, sino también la dinastía de Borgoña en Castilla, que fue sustituida por la nueva casa Trastámara. Aragón, al haber apostado por el bando vencedor, vio reforzadas sus alianzas con Francia y se libró de la amenaza directa del rey castellano.

La Guerra de los Dos Pedros dejó tras de sí una península debilitada y amplias zonas arruinadas, pero también transformó el mapa político hispano. Supuso el afianzamiento de Aragón como potencia mediterránea y la apertura de una nueva etapa en Castilla, marcada por la llegada de los Trastámara y por una política más estrechamente ligada a las alianzas internacionales de su tiempo.

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