La Batalla de Brunete: el infierno bajo el sol de Madrid

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Batalla de Brunete

Batalla de Brunete

En la noche del 5 al 6 de julio de 1937 comenzó la batalla de Brunete: el Ejército de Maniobra Republicano se infiltró entre las líneas que ocupaban las fuerzas nacionales en los alrededores del noroeste de Madrid y en las primeras horas de la mañana lograron tomar el pueblo de Brunete.

La batalla duró 20 días. ¿Saben que temperaturas tuvieron que sufrir los soldados aquellos calurosos días? Tuvieron que combatir bajo temperaturas que oscilaban entre los 38 y los 42 ºC.

¿Saben que temperatura vamos a sufrir hoy en Madrid? Alcanzaremos los 34 grados. Se llama verano. Además del calor sofocante, los soldados tuvieron que enfrentarse a la escasez de agua. Muchas bajas se debieron a la falta de tan preciado elemento.

Este ataque se llevó a cabo con seis divisiones republicanas, que contaban con todos sus medios y con superioridad en el aire, pero la resistencia por parte de unidades como el VIII batallón de San Quintín, compañías del Tabor de Larache, centurias de Falange de Burgos, voluntarios de Las Palmas, el V Tabor de Ceuta y el batallón Gallego en Villanueva del Pardillo, Villafranca del Castillo y Boadilla quebró la sorpresa inicial. Las pequeñas guarniciones nacionales, aunque en desventaja, ofrecieron una resistencia inesperada que frenó el avance republicano y generó confusión entre sus mandos.

@GerdaTaro

En cuanto el general Franco conoció el alcance del ataque republicano detuvo la ofensiva nacional que se estaba llevando a cabo en el norte y envío como refuerzos al frente de Brunete a la IV Brigada de Navarra, a la V Brigada de Navarra, unidades de Regulares y Tiradores de Ifni y escuadrones de la Legión Cóndor y de Aviación Legionaria italiana. Sobre el terreno se encontraban la 13ª División conocida como La Mano Negra, la 12ª División («División Provisional») y la 150ª División.

A partir del 9 de julio, los nacionales lanzaron una fuerte contraofensiva. Cada palmo de terreno se disputó con intensidad, en una sucesión ininterrumpida de ataques y contraataques. En este escenario, la aviación cobró un protagonismo esencial, desatando intensos bombardeos y librando combates aéreos sin tregua.

La Batalla de Brunete finalizó el 25 de julio de 1937. Aunque los republicanos lograron mantener el control de algunas de las localidades conquistadas inicialmente (como Quijorna y Villanueva del Pardillo), no lograron romper el cerco del Ejército Nacional a Madrid y no detuvo de forma definitiva la ofensiva en el norte. Además, Brunete, el objetivo principal, fue recuperado por los nacionales.

Ambos bandos sufrieron un número elevadísimo de bajas: se estiman entre 20.000 y 25.000 bajas para los republicanos y alrededor de 17.000 para los nacionales, entre muertos, heridos y desaparecidos. La República perdió además una gran cantidad de material bélico y aviación que le sería muy difícil reemplazar, lo que afectaría su capacidad ofensiva en el futuro.

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