Ervigio, el rey visigodo que accedió al poder con esparto

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Ervigio

Ervigio

Ervigio sucedió a Wamba en trono de los visigodos el 14 de octubre de 681 de una forma muy poco ortodoxa. Como vimos cuando tratábamos del reinado de Wamba, según la versión redactada por la Crónica de Alfonso III, acometido de una grave enfermedad recibió de Ervigio, una hierba que se llamaba esparto y al momento se vio privado del sentido. Cuando el obispo de la ciudad, San Julián, y los nobles vieron al rey tendido y carente de todo sentido, al instante le fue dado el sacramento de la confesión y de la penitencia.

Parece ser que de forma sorpresiva el rey Wamba se recuperó y exigió seguir en el trono lo que no le fue permitido por Ervigio, demás nobles presentes y el obispo de Toledo. Debió ser obligado a firmar un documento que nombraba sucesor a Ervigio que logró coronarse sin necesidad de pasar por elección alguna el 21 de octubre de 680. Wamba ingresó en el monasterio de Monjes Negros en Pamplieba, en la actual provincia de Burgos falleciendo a finales de 688.

Según la citada Crónica de Alfonso III, Ervigio era hijo de una sobrina carnal del rey Quindavisto que falleción en el año 653. También habría podido ser el abuelo materno del que sería el futuro rey Witiza que falleció en año 710.

Dada la forma poco ortodoxa y en aquel momento ilegal con la que Ervigio subió al trono trató de legitimarse ante los miembros del Aula Regia y los obispos del reino convocando el XIII Concilio de Toledo contando con la inestimable ayuda de su amigo Julián, el arzobispo de Toledo que le había ayudado a encaramarse a la corona. Gracias a este apoyo, Julián logró que los obispos participaran con su consejo en el gobierno del Reino, que se conceda a los obispos la facultad de actuar como supervisores de las sentencias judiciales convirtiendo al obispo en instancia suprema de apelación cuyo criterio ha de ser acatado por el juez so pena de graves multas. Anula además los obispados creados por Wamba que habían disminuido el poder de las que existían con anterioridad y amplió las leyes elaboradas contra los judíos en pos de la unidad religiosa.

También modificó la ley militar por la que Wamba obligaba a que en caso de rebelión o invasión todos los hombres libres en un radio de 100 millas debían acudir a la llamada real en persona con todas las fuerzas a su disposición. Los prelados dejaron de tener la obligación de enviar a los hombres que tenían a su cargo.

Parece ser del resultado de ese concilio, que Ervigio no consiguió los suficientes apoyos para estar tranquilo detentando el poder por lo que en noviembre de 683 se vio obligado a convocar el XIII Concilio de Toledo.

Para contentar a los nobles que se mostraron contrarios a las medidas dictadas por el rey Wamba concedió una amnistía a parte de los rebeldes que habían seguido al duque Paulo, aquel duque que le traicionó cuando lo envió a sofocar una rebelión en la Narbosense en el año 673, concediendo la recuperación de las tierras confiscadas. También anuló unas leyes que castigan severamente a los que maltrataban gravemente a sus esclavos.

Además, en el XIII Concilio de Toledo se proclamó que los nobles y los eclesiásticos tenían derecho a ser juzgados únicamente por sus pares y sin que mediara tortura, encierro ni confiscación previos.

También se prohibió que los reyes pudieran ennoblecer a sus funcionarios adictos para que pudieran tener acceso a cargos de gobierno. A partir de ahora los escalones superiores, medios e inferiores del Oficio Palatino sólo serían desempeñados por nobles.

A pesar de todas las concesiones anteriormente mencionadas el rey Ervigio no las debiá tener todas consigo, pues se vio obligado a establecer una alianza matrimonial mediante el matrimonio de su hija Cixilo con un sobrino carnal del depuesto rey Wamba llamado Égica con la esperanza de que sus descendientes no sufrieran las represalias por la forma que accedió al poder.

En caso es que en noviembre del 687 Ervigio enfermó y en el lecho de muerte, según cuenta Soto Chica, su yerno Égica, el sobrino del traicionado Wamba, “le arrancó su reconocimiento como nuevo rey postergando a los hijos varones del moribundo”.

En el año 687 Wamba todavía vivía. Recuerden que le habíamos dejado ingresado en el Monasterio de Monjes Negros de Pampliega. Seguramente influido por el buen rey Wamba tomó represalias contra el clan de Ervigio, pero eso será otra historia.

Fuentes:

La España de los Siglos VI a XIII

Real Academia de la Historia

Historia de los Visigodos

Los Visigodos, Hijos de un Rey Furioso

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