El príncipe Carlos de Austria, el hijo de Felipe II que ensalza la leyenda negra antiespañola
El 24 de julio de 1568 falleció el príncipe Carlos, hijo y heredero de Felipe II. La leyenda negra antiespañola afirma que el rey Prudente lo envenenó. Lo cierto es que murió a causa de una serie de huelgas de hambre y atracones por los que el mismo optó estando preso.
¿Y cómo acabó el príncipe Carlos en prisión? Desde pequeño la conducta del príncipe demostró que era un tipo inestable afectado por alguna enfermedad mental probablemente hereditaria transmitida por su tatarabuela Isabel de Portugal y su abuela Juana de Castilla.
Joseph Pérez: «Se cuenta que cuando Carlos V regresó a España, a Yuste, un poco antes de morir, se encontró con su nieto y se asustó, y recomendó que se le apartara. Ese elemento era un demente y Felipe II debió de sentirlo mucho como padre».
En 1565 el duque de Egmont estuvo en Madrid. Primo del rey Felipe II trataba de lograr un cambio de las posiciones del rey Prudente con respecto a Flandes. Don Carlos se puso en contacto con él pues por entonces ya estaba enemistado con su padre y quería un reino propio.
Ese reino se hallaría en Flandes, región sublevada contra Felipe II. D. Carlos esperaba que su padre le mandara a Flandes para sofocar la rebelión. En su lugar el rey envió a Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba. Cuando se enteró Carlos trató de apuñalar al duque en público.
Como el primer plan no le salió, urdió un segundo: trato de convencer a su tío Juan de Austria, el héroe de Lepanto, para que le llevara a Italia ofreciéndole el reino de Nápoles y el ducado de Milán cuando su proyecto tuviera éxito. Desde Italia pretendía llegar a Flandes.
D. Juan puso en conocimiento de su hermanastro Felipe II el plan de su sobrino. Enterado de los planes de su hijo, en la noche del 18 al 19 de julio se presentó en los aposentos de su hijo acompañado de numerosa gente armada pues sabía que D. Carlos estaba fuertemente armado.
El rey cogió al príncipe por sorpresa y ordenó que fuera enclaustrado en sus habitaciones. Asimismo mandó que se recogieran los papeles y correspondencia. En estos documentos se demostraba la intención del hijo de traicionar a su padre. La reclusión pasó a ser indefinida.
D. Carlos fue trasladado a la torre del Alcázar de Madrid donde había estado preso Francisco I de Francia. El príncipe decidió entonces ponerse en huelga de hambre en protesta por el encierro. Y cuando se cansó, se atiborró de comida. El calor y el atracón le provocó disentería.
D. Carlos no luchó por la libertad de Flandes como afirma la famosa opera de Verdi. El príncipe Carlos falleció el 24 de julio de 1568 preso por traición. Está enterrado en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial al lado de su madre la reina María Manuela de Portugal.