El bombardeo de Guernica y la propaganda de Guerra

El 26 de abril de 1937 aviones bombarderos alemanes de la Legión Cóndor y de la Aviación Legionaria italiana bombardearon la localidad vizcaína de Guernica-Luno. Es uno de esos casos en los que la propaganda triunfó: un gran número de personas cree que debido en ese bombardeo llevado a cabo por fuerzas adscritas al bando nacional murieron miles de personas cuando únicamente están confirmadas el fallecimiento de 126, un número cercano a los óbitos causados por el bombardeo republicano del pueblo cordobés de Cabra el 7 de noviembre de 1938.

También la mayoría piensa que el propósito del bombardeo era arrasar Guernica, «la capital medieval y tradicional de Euzkadi» según Gabriel Jackson, que se escogió un día que había mercado para causar más víctimas y que la acción trataba de destruir símbolos como la Casa de Juntas y el Árbol de Guernica que según Bizkaia Talent “simboliza el fuero, las libertadas tradicionales de Vizcaya y los vizcaínos, y por extensión de todos los vascos”.

En principio, el objetivo de la Legión Condor no era arrasar Guernica sino impedir la retirada hacia occidente de decenas de batallones del Ejército de la República que defendían los sectores de Lequeitio, Marquina y Éibar tratando de que no alcanzaran Bilbao y fuera más sencilla su toma por las fuerzas sublevadas. Se trataba de destruir un puente que se encontraba al este de Guernica para dificultar la retirada del ejército republicano y la línea férrea Guernica-Amorebieta. Además, en la localidad de Guernica se hallaban fabricas de armas como las de la empresa Astra.

Sea cual fuera el objetivo lo cierto es que según Salas Larrazabal el 36 por ciento de las bombas cayeron en el casco urbano, pero quedó intacta la parte occidental de la villa, precisamente donde se encuentran la Casa de Juntas y el Árbol de Guernica.

Cuando terminó el bombardeo 50 de las 492 viviendas de la villa estaban ardiendo. El fuego se extendió llegando a destruir 271 viviendas. Los bomberos de Bilbao llegaron a Guernica entre las 9 y media y 10 y media de la noche lo que provocó que los incendios se propagaran casi sin oposición durante al menos tres horas.

Según Salas Larrazábal fueron 126 personas las víctimas mortales del bombardeo: “En el ayuntamiento de Guernica y en el cementerio municipal se conservan las listas de los 24 enterrados en el cementerio municipal en los días 27, 28 y 29 de abril; en la Parroquia de San Pedro de Luno, una relación de los 28 fallecidos en el bombardeo (en el asilo Calzada y en la curva de Udechea); en el informe Herrán, constan los 25 de los rescatados de los escombros del refugio de San María en mayo de 1937 (con una referencia a 20 extraídos con anterioridad) y la prensa de Bilbao da noticia de tres personas fallecidas en el Hospital de Basurto. Ocho casos más son citados por el padre Onaindía, Castor Uriarte, Vicente Talón y otros escritores, y pueden contabilizarse 18 inscritos tardíos en el Registro Civil de Guernica”.

Otro estudio de la asociación Gernikazarra afirma que no fueron más de 126 personas fallecidas que se pueden contabilizar como víctimas del bombardeo de Vizcaya: “Se sabe que buena parte de las víctimas identificadas permanecieron en sus casas porque eran gente mayor, estaban enfermas o consideraban que en sus hogares estaban más seguros, manifestaron. Ambos expertos se apoyan en los datos de mortandad que disponen en la actualidad -126 fallecidos- y que no resultan tan elevados a tenor de los estudios que señalan en un 70% el porcentaje de edificios destruidos con el bombardeo.”

¿Y a qué se debe la enorme diferencia entre las cifras reales de fallecidos y la que popularmente se ha extendido?

Los corresponsales de guerra extranjeros elevaron el número de víctimas con fines sensacionalistas y la verdad es la principal víctima de cualquier guerra. La propaganda triunfó.

Hay que recordar también que el jefe de prensa del Cuartel General de Franco negó que hubiera existido el ataque y que el incendio de la ciudad había sido provocado por las fuerzas republicanas.