El 4 de agosto de 1704 Gran Bretaña se apodera de Gibraltar
El 4 de agosto de 1704 Gran Bretaña se apodera de Gibraltar. El día anterior una flota británica al mando del almirante Rooke bombardeo la plaza durante 6 horas. Había llegado a las proximidades del famoso peñón dos días antes. La flota estaba formada por 61 barcos de guerra, algunos de ellos holandeses en los que estaban embarcados 9.000 infantes listos para guerrear en tierra.
El gobernador de Gibraltar, Diego Salinas, únicamente contaba con 100 soldados regulares, unos 300 milicianos y unos 100 cañones obsoletos. Poco o nada podían hacer contra aquella flota que contaba con 4.000 cañones, pero de todas formas trataron de hacer frente a aquella enorme flota.
España estaba inmersa en la llamada Guerra de Sucesión entre los partidarios de Felipe de Anjou, los borbones, y el archiduque Carlos de Austria, los austracistas. El propósito de la flota era hacerse con aquel lugar de tanta importancia estratégica en nombre del candidato al reino de España que Gran Bretaña apoyaba, es decir, Carlos. De hecho, el príncipe Jorge de Hesse-Darmstadt estaba embarcado como representante del archiduque.
No tenían ordenes procedentes de la Gran Bretaña de hacerse con Gibraltar en nombre de su “Graciosa” Majestad. O eso dicen.
A las seis horas de cañoneo sobre Gibraltar los infantes británicos comenzaron a desembarcar en el Muelle Nuevo. Al día siguiente, dada la enorme superioridad protestante, Diego de Salinas pidió parlamento. Se acordó la capitulación de la plaza y la expulsión de los españoles del Peñón. Sólo se quedarían unos 70 heridos que no podían desplazarse.
Entonces el almirante Rooke decide que toma Gibraltar en nombre de la reina Ana de Inglaterra, iza la bandera de la “Union Jack” y en el Peñón de Gibraltar y sus alrededores se empieza a hablar inglés con acento gaditano.
Los civiles españoles que salieron de Gibraltar se refugiaron en las cercanías de la ermita de san Roque, naciendo la ciudad que lleva su nombre y donde se encuentran las llaves de la antigua fortaleza gibraltareña que los británicos desbarataron. En dicha localización los gibraltareños españoles esperaban volver algún día a su ciudad de origen. Por cierto, el lema de San Roque es “la ciudad donde reside la de Gibraltar”.
Luego ya saben, Felipe V firma con los británicos el tratado de Utrecht y los británicos ya no se quieren ir de Gibraltar ni con agua caliente, fría o templada a pesar de que al menos en tres ocasiones se ha tratado de sacarlos a la fuerza. Tampoco lo hicieron cuando la Organización de Naciones Unidas dispuso en 1964 que Gibraltar es una colonia.
Un territorio que los ingleses toman en nombre de un candidato al reino de España se torna inglés por sus santos…