Legazpi y el pacto de sangre con el rey de Cebú
Una curiosidad: el 27 de abril de 1565, reinando Felipe II, el guipuzcoano Miguel López de Legazpi fundó la primera ciudad española en las islas Filipinas que llamó Villa de San Miguel y que actualmente tiene el nombre de Cebú.
Antes de la fundación de la ciudad Legazpi tuvo que vérselas con Tupas, rajá o rey de Cebú y Tamuñán, uno de los aliados del monarca. Ninguno de los dos estaban dispuestos a que los españoles se asentaran en sus dominios. Tupas era hijo de aquel rey de Cebú que el 1 de abril de 1521 invitó a un banquete a varios integrantes de la expedición de Magallanes y por sorpresa tornó los manjares por cuchillos asesinando a 27 españoles.
Tupas y Tamuñán se plantaron frente a la flota española en canoa, con sus adornos y plumas, y acompañados por guerreros fuertemente armados.
Legazpi ofreció por dos ocasiones alcanzar un acuerdo de paz. En dos ocasiones los cabecillas se negaron. Los disparos de la artillería lograron convencerlos de que lo mejor era llevarse bien con los españoles y accedieron al pacto, pero con una condición: se formalizaría conforme a los usos del lugar.
El acuerdo de paz se formalizó en la nao “La Capitana”. Se colocaron tres tazas sobre una mesa. Legazpi, Tupas y Tamuñán sacaron sus puñales y se hicieron un corte en el pecho hasta que manó sangre. Era importante no manifestar dolor. Cada uno de los firmantes del pacto vertió su sangre en una taza. Después, la sangre de las tres tazas se mezcló en un único recipiente y fue de nuevo servida en las tres tazas. Cuando los tres bebieron aquel brebaje el acuerdo de paz quedó solemnizado.