Hernán Cortés, el extremeño que derrotó a la tiranía azteca y que está enterrado en Ciudad de México
Hace 474 años, 2 de diciembre de 1547, falleció el gran Hernán Cortes en Castilleja de la Cuesta. Derrotó a la tiranía azteca encabezando un ejército de unos 900 españoles junto a miles de soldados aliados: tlaxcaltecas, totonacas, otomíes, huejotzingos, cholusenses,…
Hernán Cortés, uno de los más grandes estrategas de todos los tiempos cuyas hazañas son equiparables a Alejandro Magno o Julio César (Krauze), es el máximo responsable de la existencia de México, le guste o no a su presidente López Obrador y a sus abuelos y apellidos españoles.
Los Prisioneros de Guerra, fuente de alimento
Harris: «La principal fuente de alimento de los dioses aztecas estaba constituida por los prisioneros de guerra, …, eran cogidos por cuatro sacerdotes, extendidos boca arriba sobre el altar de piedra y abiertos de un lado a otro del pecho con un cuchillo de obsidiana.»
«Después, el corazón de la víctima —generalmente descrito como todavía palpitante— era arrancado y quemado como ofrenda. El cuerpo bajaba rodando los escalones de la pirámide, q se construían deliberadamente escarpados para cumplir esta función.» Después las víctimas eran comidas.
Todorov: “Lejos de encarnar el mal absoluto, Cortés, a menudo, les parecía un mal menor, un liberador, guardadas las proporciones, que permite romper el yugo de una tiranía especialmente odiosa”.
Hernán Cortés derrotó a la tiranía azteca y liberó a los pueblos indígenas que habitaban los territorios que actualmente ocupan México de la tiranía azteca y de la costumbre que tenían de sacrificar y comerse a sus vecinos tras arrancarles el corazón en vida en vida.
Intervención de los pueblos originarios, decisiva
La intervención de los nativos en la derrota del imperio azteca fue decisiva, pero también es cierto que sin la dirección de Hernán Cortes habrían fracasado. Todos los intentos indígenas de sacudirse el yugo azteca se habían frustrado.
En el año 2015 se descubrió el Huey Tzompantli en México. Se trata de una estructura en la que se ensartaban los cráneos perforados de las víctimas de los sacrificios de los aztecas. Los cronistas españoles de tiempos de la conquista no habían mentido: El «Huey Tzompantli» de Tenochtitlan, la prueba del holocausto azteca
En su testamento, Cortes pidió q sus restos fueran trasladados al actual México: “Mando a mi sucesor llevar mis huesos a la Nueva España” y así se hizo en 1566. Es de destacar, para aquellos que niegan la existencia de España, q si existía una nueva debía existir una vieja…
La peripecia de los restos de Hernán Cortes en México la cuenta Iván Vélez en su libro “El Mito de Hernán Cortes”: acabaron enterrados en un lugar secreto que dejó de ser tal gracias a la indiscreción de un funcionario republicano de la Embajada de España en México.
Los restos de Hernán Cortés se encuentran desde 1823 en la Iglesia de Jesús Nazareno, templo católico ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México adyacente al Hospital del mismo nombre fundado por el propio marques. Allí se llevaron en secreto para que no fueran destruidos. En 1947 acabó el misterio y descansan en un muro de la Iglesia.