El Asesinato del General Prim en la calle del Turco: ¿El Crimen Perfecto?
El 27 de diciembre de 1870 en la calle del Turco de Madrid, un sujeto armado con un trabuco rompió el cristal de la berlina donde viajaba el general Prim, presidente del Consejo de Ministros, gritó “prepárate, vas a morir” y disparó hiriendo al militar a la vez que otras cinco personas accionaban sus armas.
Trece personas participaron en el crimen. Tres dispararon por la izquierda y tres por la derecha. Dos coches de caballos cerraron el paso a la berlina del presidente en la calle del Turco de Madrid (hoy Marqués de Cubas) esquina casi con Alcalá y un tercero se sitúo detrás.
A resultas del atentado el general Prim, marqués de los Castillejos y vizconde del Bruch, héroe de las guerras carlistas y de África, sufrió varias heridas por arma de fuego en su hombro izquierdo, codo y en el dedo anular de la mano izquierda.
Nada más cometido el atentado se afirmó que el general Prim no había fallecido y que las heridas sufridas no eran graves. Sin embargo, según la versión oficial, falleció a los tres días debido a una infección que llevó a una sepsis.
Otras hipótesis afirman que esa misma noche fue estrangulado. Otros dicen que no fue estrangulado pero que murió desangrado. El caso es que los principales instigadores del magnicidio se fueron de rositas.
¿Y quién ordenó asesinar a Juan Prim y Prats en la calle del Turco? A día de hoy sigue sin estar resuelto el misterio del todo. Lo que si sabemos es que Prim tenía numerosos enemigos que lo deseaban ver muerto: fue el primer responsable del breve reinado de Amadeo I de Saboya.
Primero tenemos a los republicanos que, destronada Isabel II, querían instaurar una república; luego a los partidarios del duque de Montpensier, cuñado de la reina y aspirante al trono de España; por último, a los partidarios de que siguiera reinando la casa de Borbón.
Rey Amadeo I
Todos deseaban que asesinado Prim, el rey Amadeo I renunciara al trono de España para llevar al poder a aquellos que más les convenían. No lo consiguieron, pero Amadeo I “sufrió” un breve reinado que terminó en la I República (un circo) y luego la restauración de la casa Borbón.
Se ocupó de la investigación del magnicidio el juez García Franco. Se detuvo a unas veinte personas como responsables materiales del atentado en la calle del Turco. Once de los detenidos fueron asesinados en prisión o cuando fueron puestos en libertad supuestamente por falta de pruebas sobre su implicación.
Investigaciones realizadas en el siglo XX por Pedrol Rius y Javier Rubio afirman que los principales instigadores del asesinato fueron el duque de Montpensier y el regente general Serrano. Sus colaboradores fueron los encargados de reclutar a los autores materiales del crimen.
Cuando Amadeo de Saboya visitó la capilla ardiente del general Prim garantizó a su viuda que buscaría a los asesinos por todos los medios para hacerles pagar su crimen. La viuda respondió al monarca «Pues no tendrá V. M. que buscar mucho a su alrededor».