Manuscrito de Hernán Cortés
Un documento firmado por Hernán Cortés en 1527 ha regresado este mes finalmente a México tras permanecer desaparecido durante más de tres décadas. La operación fue posible gracias a la colaboración entre el FBI Art Crimem, el Departamento de Justicia de Estados Unidos y las autoridades mexicanas.
Un manuscrito clave de la conquista
El manuscrito, fechado el 20 de febrero de 1527, recoge una orden de pago en monedas de oro para financiar expediciones hacia las llamadas tierras de las especias. Se trata de un testimonio directo de la logística y la financiación de las expediciones de Cortés en la Nueva España, apenas seis años después de la caída de Tenochtitlan.
Su ausencia fue detectada en 1993, cuando los técnicos del Archivo General de la Nación advirtieron que al menos quince páginas firmadas por Cortés habían desaparecido de los fondos originales. El robo se produjo, probablemente, entre 1985 y 1993, quedando el rastro del documento perdido durante décadas.
La investigación y la repatriación
En 2024, el gobierno mexicano pidió la colaboración del FBI. Tras meses de investigación, el manuscrito fue localizado en Estados Unidos, donde había pasado por varias manos privadas. Finalmente, en agosto de 2025, fue devuelto en una ceremonia oficial y reintegrado en el patrimonio mexicano.
Este caso recuerda a un episodio similar ocurrido en 2023, cuando también se repatrió otro documento de Cortés, igualmente fechado en 1527.
Importancia cultural y simbólica
El retorno de este manuscrito no solo constituye un logro diplomático, sino también un símbolo de la lucha por la restitución del patrimonio cultural. El documento ofrece una visión única de la organización administrativa de Cortés, más allá de sus campañas militares, y permite comprender mejor el funcionamiento del poder colonial en América.
Un patrimonio recuperado
Hoy, el manuscrito forma parte nuevamente del Archivo General de la Nación, donde será preservado como uno de los testimonios más valiosos de la historia temprana de México. Su regreso refuerza el compromiso internacional contra el tráfico ilícito de bienes culturales y devuelve al pueblo mexicano una pieza fundamental de su memoria histórica.