La Batalla de Ceriñola, el inicio de la hegemonía española en los campos de batalla gracias al Gran Capitán
Cuadro de Augusto Ferrer Dalmau.
Hoy hace 518 años, 28 de abril de 1503, que tuvo lugar la batalla de Ceriñola entre el Ejército del Gran Capitán y los franceses de Luis de Armagnac que resultó muerto en la batalla. Fue el inicio de la hegemonía española en los campos de batalla.
Roto por los franceses el Tratado de Granada por el que se repartía el reino de Nápoles, le tocó a Gonzalo Fernández de Córdoba enfrentarse a los gabachos en inferioridad de condiciones. Los franceses contaban 11.000 soldados y 28 cañones; los españoles 7600 soldados y 18 cañones.
El Gran Capitán provocó a los franceses para que fueran a atacarle a Ceriñola, localidad de la región de la provincia italiana de Foggia. Antes había ordenado cavar un foso, levantar un muro sobre el que se clavaron afiladas estacas y emplazó a la artillería.
Cuando llegó el Ejército Francés, los españoles se encontraban en una posición fortificada en un enclave elevado con la artillería y los arcabuceros situados en una posición inmejorable para causar la mayor cantidad de bajas a los franceses. La batalla solo duró una hora.
Los franceses se encontraron por sorpresa con el foso con picas sin poder alcanzar a la primera línea española. En ese momento los arcabuceros españoles llegaron a disparar 4000 disparos matando incluso a Luis de Armagnac, general del Ejército Francés.
Los franceses que llegaron a la primera línea fueron rechazados por los piqueros. Para terminar la caballería española rodeo a los franceses y los obligó a rendirse. En este cuadro de Federico de Madrazo se representa al Gran Capitán contemplando el cadáver del general francés.
Gracias al Gran Capitán nacieron los Tercios españoles, un ejército que tendría la hegemonía en Europa al menos durante un siglo y medio. Su táctica se basaba en la fortificación, elección del terreno, arcabuceros, rodeleros y piqueros.
En mi humilde opinión, a este magnifico relato creo que le falta añadir que, el Gran Capitán, al final de la batalla y visto el gran número de muertos ordenó, que. en adelante, al caer el día se dieran tres toques de atención prolongada en honor a los caidos. Este es el origen del Toque de Oración del Ejército español.