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Sancho Dávila, el «Rayo de la Guerra»

El 27 de septiembre de 1583 moría en Lisboa Sancho Dávila y Daza, capitán de los Tercios y gobernador en Italia. Tenía 60 años. Había sobrevivido a las mayores batallas del siglo XVI, forjándose un nombre en los campos de guerra de Europa y el Mediterráneo. Sin embargo, su final fue tan absurdo como inesperado: no cayó bajo las balas enemigas, sino por la coz de un caballo.

De Ávila a Mühlberg

Nacido en Ávila en 1523, Sancho Dávila inició su carrera militar en 1543 en el tercio de Álvaro de Sande. Apenas cuatro años después, alcanzó la gloria en Alemania al protagonizar una de las gestas más recordadas de la época: junto a Cristóbal de Mondragón y otros soldados, cruzó a nado el río Elba para tomar barcas enemigas y permitir así el avance imperial. Gracias a aquella acción, el ejército de Carlos V logró una resonante victoria en la batalla de Mühlberg.

Contra el turco

Su carrera continuó en el Mediterráneo, donde combatió al Imperio Otomano. Participó en la toma de Mahdia (1550), importante bastión corsario, y sobrevivió al desastre de Los Gelves (1560), en el que miles de soldados españoles perecieron. Dávila salió de aquellas campañas convertido en un veterano curtido y respetado.

En 1567 marchó con el Duque de Alba a Flandes, donde se convirtió en uno de sus hombres de confianza. Mandó su guardia personal, combatió en Jemmingen, dirigió encamisadas nocturnas y fue nombrado gobernador de la ciudadela de Amberes. Su severidad imponía un orden férreo entre sus hombres: castigaba sin titubeos cualquier falta, pero esa dureza mantenía en pie a los Tercios frente a enemigos numéricamente muy superiores.

Gobernador en Italia

Felipe II premió su lealtad y eficacia con cargos de gran responsabilidad. Sancho Dávila fue gobernador de Piacenza y más tarde gobernador de Nápoles, dos plazas esenciales dentro de la Monarquía Católica. Su labor ya no se limitaba al campo de batalla: también debía sostener la administración y el control político en territorios clave.

Maestre de Campo General en Portugal

En 1582 volvió a ponerse bajo las órdenes de su viejo jefe, el Duque de Alba, durante la campaña de Portugal. Allí alcanzó su máxima dignidad militar al ser nombrado Maestre de Campo General de la Armada de Portugal, segundo en el mando tras el Capitán General. Parecía destinado a cerrar su vida combatiendo, como correspondía a un soldado que había pasado casi cuatro décadas en campaña.

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El Duque de Alba

El destino, sin embargo, fue cruel. Mientras supervisaba el herrado de un caballo, una coz le golpeó en el muslo. La herida parecía leve, incluso limpia, pero a los pocos días se infectó. La gangrena se extendió sin remedio y el 27 de septiembre de 1583, en Lisboa, Sancho Dávila moría en cama, lejos del fragor de la batalla.

Así terminó la vida del “Rayo de la Guerra”: no en los campos de Flandes ni en las costas de Túnez, sino víctima de un accidente trivial. Una ironía cruel para quien había sobrevivido a medio siglo de guerras.

Su figura encarna al soldado severo, leal y resistente que sostuvo al Imperio español en su apogeo. Sancho Dávila fue soldado, gobernador y general.

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