El Genocidio provocado por Estados Unidos en Filipinas
¿Saben que a principios del siglo XX los Estados Unidos de América cometieron un genocidio en Filipinas? Un millón de filipinos perdieron la vida cuando los estadounidenses negaron la existencia a la Primera República Filipina. 100.000 soldados del Tío Sam lo impidieron.
La guerra entre España y los Estados Unidos finalizó con la firma del Tratado de París en diciembre de 1898: España entregaba las islas Filipinas a los yanquis a cambio de 20 millones de dólares. En la firma del tratado no había ningún delegado filipino.
El 12 de junio de 1898 Emilio Aguinaldo, el líder de los independentistas filipinos, había leído la Declaración de Independencia. Los filipinos que habían luchado contra España pensaban que los norteamericanos habían acudido en su ayuda por amor al arte. Un jamón.
Los filipinos fueron convocados a las urnas, se eligieron unas cortes constituyentes que redactaron en español la Constitución de Malolos y el 1 de enero de 1899, Emilio Aguinaldo fue elegido presidente de la Primera República de Filipinas.
Estados Unidos negó a los filipinos su independencia. William McKinley, presidente de los Estados Unidos en 1899, estimaba que los “filipinos eran incapaces de gobernarse” y “que Dios le había dicho que no podía hacer otra cosa más que «educarlos y cristianizarlos».
El presidente de los Estados Unidos “olvidaba» que los filipinos llevaban más de tres siglos siendo españoles y católicos. Envió un ejército que llegó a 100.000 hombres que llevaron a cabo todo tipo de tropelías y abusos, incluyendo fusilamientos masivos.
“Nuestros hombres han sido implacables, han matado para exterminar a hombres, mujeres, niños, prisioneros y cautivos, insurgentes activos y sospechosos, desde muchachos de diez años en adelante, prevaleciendo la idea de que el filipino como tal era poco mejor que un perro.”
“Matamos a más de 300 nativos la primera noche. Intentaron incendiar la ciudad. Si disparan un tiro desde una casa, quemamos la casa y todas las casas cercanas, y fusilamos a los nativos, por lo que ahora están bastante tranquilos en la ciudad.”
Después de un enfrentamiento con los filipinos en los que los norteamericanos perdieron un buen número de soldados en la isla de Samar, el general Jacob H. Smith ordenó “matar a todos los mayores de diez años.” 5.000 filipinos fueron asesinados.
Quemaron pueblos y villas, practicaron todo tipo de torturas para obtener información siendo el método preferido el ahogamiento simulado: se colocaba al detenido un palo en la boca para mantenerla abierta y se le echaban grandes cantidades de agua para provocarle la asfixia.
El número de civiles filipinos que perecieron como consecuencia directa de los enfrentamientos sobrepasó el millón de personas, más del 10% de la población. Centenares de miles de ellos murieron ejecutados y otros tantos enfermos de cólera en campos de concentración.
Vencida la resistencia, las islas Filipinas se convirtieron en una colonia de los Estados Unidos. Poco a poco los colonizadores consiguieron que dejara de hablarse el idioma español, obligando que el inglés fuera la lengua común obligatoria.