Juan Suárez, el asturiano que logró escapar de los fusilamientos del «3 de mayo» cuando ya estaba en el paredón

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El 3 de mayo de 1808 los españoles que se habían sublevado contra el francés el día anterior fueron fusilados por todo Madrid. Goya pintó uno de los fusilamientos que tuvo lugar en la montaña de Principio Pío. ¿Saben que uno de los héroes que iba a ser ejecutado logró huir de la muerte in extremis? Se llamaba Juan Suárez y era asturiano.

Suárez combatió el 2 de mayo en el Cuartel de Monteleón y fue prendido por unos lanceros polacos ¿Y cómo se salvó de morir? Existen dos versiones: los disparos de los franceses no le alcanzaron y se hizo el muerto o que antes de los disparos se deshizo de las ataduras y escapó.

En el Archivo de la Villa de Madrid existe un relato de la hazaña del propio Suárez: «Ya de rodillas para recibir las descargas, pude desasirme de mis ligaduras y tenderme en el suelo, echándome a rodar por una hondonada. Cuando me levanté, magullado, disparáronme algunos tiros».

Siendo antes o después de la descarga de fusilería, el caso es que Suárez logró escapar ileso. Cuentan que la experiencia del «resucitado» sirvió a Goya para pintar su cuadro más famoso. Por si no lo saben, el pintor aragonés trazó el cuadro en 1814 y no presenció los fusilamientos.

Así que en vez de 44 los fusilados en la montaña de Príncipe Pío fueron 43. Por cierto la única persona fusilada reconocible en el cuadro era un religioso. Se llamaba Francisco Gallego Dávila y era sacristán del Convento de la Encarnación. Fue capturado con un trabuco en su poder.

El religioso fue el único fusilado por orden directa del mariscal Murat, responsable de la escabechina que tuvo lugar en Madrid los días 2 y 3 de mayo. Murat dispuso que se debía arcabucear a todo aquél que hubiese sido arrestado portando un arma.

La orden de Murat que ordenó fijar en las esquinas de Madrid que ordenaba arcabucear a «todos los que han sido presos en el alboroto y con armas en la mano» y que «todo lugar en donde sea asesinado un francés será quemado».

También fueron fusilados la fatídica noche del 2 a 3 de mayo de 1808 en Príncipe Pío unos albañiles que trabajaban en la Iglesia de Santiago y viendo que los franceses estaban persiguiendo a varios madrileños, los defendieron lanzando tejas, herramientas, todo lo que tenían a mano.

Los albañiles que no fueron asesinados en la Iglesia de Santiago, fueron ejecutados. Se llamaban José Reyes, Antonio Méndez Villamil, Manuel Rubio, Antonio Zambrano, Domingo Méndez, Fernando Madrid y José Amador. Es posible que uno de ellos sea el que lleva la camisa blanca.

También fueron fusilados en Príncipe Pío unos agentes de Aduanas destinados en el portillo de Recoletos, que hicieron muchas bajas a los franceses. Se llamaban Anselmo Ramírez de Arellano, Juan Antonio Serapio, Antonio Martínez, Juan Antonio Martínez del Álamo y Gabriel López.

En la ladera de la montaña de Príncipe Pío fueron ejecutados botilleros, plateros, guarnicioneros, dueños de mercerías, palafreneros,…, por portar algún arma, ya fuera una navaja o unas tijeras, el glorioso 2 de mayo de 1808.

Y otra curiosidad ¿Dónde fue el lugar exacto donde fueron fusilados los patriotas? Pues en un tejar que se encontraba donde está hoy la entrada del funicular que lleva a la Casa de Campo. Se puede leer aquí http://caminandopormadrid.blogspot.com/2012/06/donde-ocurrieron-los-fusilamientos-del_27.html

Y por cierto, el responsable de tanto asesinato, Joaquín Murat, mariscal de Francia al servicio de su cuñado Napoleón, acabó su vida delante de un pelotón de fusilamiento. Ocurrió en Nápoles el 13/10/1815. El genocida Napoléon, lamentablemente, no tuvo el mismo final.

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