La sublevación federal de Cartagena de 1873: la bandera turca, la flota pirata y el ofrecimiento de anexión a los Estados Unidos

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¿Es cierto que hace el 12 de julio de 1873 unos republicanos federalistas cartageneros se sublevaron e izaron una bandera de Turquía en el castillo de Galeras a falta una bandera revolucionaria roja? Un comandante vio la bandera e informó a Madrid: «Han izado la bandera turca».

El autor de aquella surrealista izada de bandera turca habría sido el cartero Sáez, jefe de los sublevados en el recién tomado castillo. Cuentan que otro revolucionario al comprobar que realmente no se había izado una bandera revolucionaria roja, lo arregló tapando la media luna con sangre.

Según cuenta D. Javier Santamarta del Pozo en su libro «Esto no estaba en mi libro de historia de la Primera República Española» el episodio de la bandera turca no es cierto. Si lo es que los republicanos cartageneros se sublevaron e izaron una bandera roja pero no era turca.

La izada de la bandera otomana en Cartagena ocurrió en tiempos del primer ensayo republicano sufrido en España. Tanto el primero como el segundo, fueron un absoluto fracaso y acabaron en un baño de sangre. Pero la historia del cantón de Cartagena no acaba con la bandera turca.

Controlada Cartagena y teniendo a su disposición la flota de guerra sita en el puerto, los revolucionarios la utilizaron para plantarse en Alicante y exigir que se uniera a su causa o la ciudad sería bombardeada. Los cañones del castillo de Santa Barbará les hicieron desistir.

Antes la flota cartagenera se había pasado por Torrevieja y Águilas. Requisó armas y alimentos en Torrevieja y a los comerciantes aguileños les dejaron sin 3500 duros más vino, aceite, harina, cabras, carneros y cerdos. El gobierno de Madrid los declara piratas.

Viendo el éxito de la primera empresa pirata, la flota revolucionaria cartagenera se planta en Almería exigiendo 100.000 duros. Ante la negativa de los almerienses de dejarse extorsionar, la flota comenzó a bombardear la ciudad. Ni así consiguen el parné. Deciden irse a Motril.

Motril también se había sublevado contra el gobierno de Madrid pero no estaba dispuesta a unirse a Cartagena. Aún así, la flota pirata cartagenera logra que Motril les entregue 160000 reales en pagarés a cobrar en Málaga. Un lio de narices.

Pues para Málaga se dirige la flota a cobrar los pagarés. Pero de camino al puerto malagueño la flota revolucionaria se encuentra con un buque británico y otro alemán que proceden a capturar a los buques cartageneros por piratas. Fin de este sindiós.

Pero los revolucionarios cartageneros no atacaron solo por mar, también lo hicieron por tierra. Estando al frente un tal Antoñete Gálvez, las tropas del Cantón Murciano o de Cartagena atacaron Orihuela con éxito pero fracasaron en la batalla de Chinchilla.

La historia revolucionaria cartagenera acaba el 12 de enero de 1874 después de seis meses de asedio por parte de las tropas del gobierno de Madrid y del bombardeo de Cartagena dejando cientos de muertos y el 70 por ciento de los edificios destruidos.

Pero hay más. Durante el asedio, los revolucionarios se pusieron en contacto con el gobierno de los Estados Unidos y les ofrecieron Cartagena si les suministraban armas y hombres. A los yanquis no les interesó en ese momento tener un puerto en el Mediterráneo.

1 pensamiento sobre “La sublevación federal de Cartagena de 1873: la bandera turca, la flota pirata y el ofrecimiento de anexión a los Estados Unidos

  1. Luego de leer tan curiosa e interesante efeméride española, me recordó un episodio similar pero ocurrido en el antiguo Reino de Guatemala a menos de año y medio de separarse políticamente de la Monarquía Española. Resulta que por entonces el cabildo de San Salvador (de los pocos opuestos a la anexión con México) se preparó ante el avance del ejército imperial qué para el 6 de febrero de 1823 ya estaba a menos de una jornada de la capital provincial, quiso dirigir un acuerdo de incorporación al Plan de Igual pero con la condición que sólo podía leerse hasta llegar al congreso imperial en la ciudad de México. Ante la insistencia del jefe expedicionario, Brig. Vicente Filísola por conocer las condiciones que exigía el acta de rendición, los diputados sansalvadoreños en un arranque inexplicable de locura colectiva optaron por declararla nula y ¡sorpresa! en el acto «[…]acordó otra incorporación a los Estados Unidos de América y poniéndose bajo su protección; y como sí su gobierno fuera ya anglo americano, hizo protestas a Filísola para que el caso de que insistiese en atacarle.» (Montúfar y Coronado. Memorias de Jalapa:1934) De cualquier modo, la ciudad cayó tres días después sin mayores insidentes que la huida desordenada de los jefes de la revuelta. El desmadre lo armaron los liberales de pulsión republicana de aquella ciudad, que más parecían jacobinos que inspirados en los principios moderados de la Pepa gaditana. Por lo demás, finalmente logró suscribirme a su interesante página. ¡Saludos desde Guatemala!

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